Valeria, alertada por las imágenes que le muestra el libro celestial y por una canción infantil que se repite en su cabeza sin cesar, acude en auxilio de la familia, aunque no sabrá bien de qué manera puede ayudarles. Además, la joven está viviendo un momento difícil: la policía ha llamado a su casa informando del hallazgo de un cuerpo que podría ser Rudy, su hermano desaparecido. Sus padres tendrán que afrontar el horrible momento de reconocer el cadáver.
Mientras, Damián no hace sino aumentar la desazón de Valeria con su actitud ambigua. Tan pronto se muestra encantador con ella y su familia como da señales de no sentir nada por la joven. Todo es producto de su lado más oscuro y malvado, de su manera de afrontar su misión, la de arrastrar a Valeria al abismo del Mal.